martes, 16 de febrero de 2010

NI UN PELO DE TONTA

Con las peluquerías soy tremendamente infiel, no me preguntéis porqué. Durante años mantuve una relación estable con Maruja la perfecta peluquera, pero cayó enferma de tanto estirar, cortar y alisar, por lo que nos vimos abocadas a una ruptura traumática, desde entonces voy como vaca sin cencerro. Abarco desde El Corte Inglés que aunque te cruje, siempre te da lo que le pides, hasta la más cercana a la oficina que siendo un poco más barata, tiene claro el concepto de pelo correcto para rellenita simpática de mediana edad.

Esa es la teoría, pero yo últimamente, no estoy por seguir una senda predeterminada, al contrario, mi vida parece directamente sacada de la primera bajada del Dragón Khan, abundan las contradicciones, cambios de elección, de humor, de menú, de talla, vamos lo que se dice un ejemplo de estabilidad. ¿Por qué la peluquería iba a ser caso aparte?

Así que la semana pasada, me dejé seducir por la oferta de un corte de pelo espectacular, creativo, barato, alternativo sin ser radical, que daría a mi cabeza una imagen refrescante y renovada. El local cerca de casa parecía normal, el peluquero amable y distendido, con lo cual pedí cita, me puse la bata y me dejé llevar.

Peluquero: ¿Qué es lo que quieres que te haga?

Yo: (Embobada pensando por un instante que esa pregunta me la hubiera hecho Brad Pitt en carne mortal, que para eso tenía el Hola entre mis manos) Pues… titubeo un poco volviendo en mí y remarco: solo recortar las puntas, N O   E S C A L O N A R.

Vale, comprendo que para un peluquero cortar puntas no es precisamente un desafío a su creatividad, debe ser algo así como trocear un pollo para paella. Pero es lo que yo pedí.

Peluquero: Pues sería conveniente realizar también un completo barrido de color, debemos homogeneizar las diferentes tonalidades y texturas.

Yo: (que no entiendo porque este señor habla como si acabase de descubrir la teoría de la relatividad, para decirme que necesito teñirme). Ah!  Eso es porque la última vez me equivoqué de caja y me puse el tinte de mi madre.

Observo cierto rictus de desconcierto en el peluquero, pero no le concedo más atención, cierro el Hola y los ojos a la vez, porque estoy muerta de sueño. Me dejo masajear convenientemente la cabeza, mientras escucho la tijera cortar, después el run run del secador y cuando ya casi roncaba placidamente, noto un toque ligero en el hombro y una voz: “Ya está mona, he sido muy conservador pero te he dado una imagen mucho más actual” (versión light de: Falta te hacía porque estabas hecha una abuela).

Entonces es cuando abro los ojos y me enfrento al espejo y miro una vez, y miro dos, porque no doy crédito a lo que veo, estoy convertida en un cruce entre Farraw Fawcett y la morena de Abba y no puedo chillar porque hay más de siete personas presentes, bueno eso y que mi voz está tan flipada como el resto de mi ser y no me responde.

Peluquero: ¿Qué tal, como te ves? Ahora querida vas a rellenarme una ficha con tus datos.

Yo: ¿Qué parte de cortar las puntas no ha quedado clara?

Mi yo de antes, no se hubiera atrevido a semejante contundencia, por no hablar de que en mi armario no tengo un solo pantalón de campana.

Salgo de allí furibunda para nunca más volver, me encasqueto la capucha del abrigo y rezo por no encontrarme a ningún conocido.

Después de 15 años una no espera que le echen cohetes cuando regresa de la peluquería, la cosa consiste en pasar más o menos desapercibida, pero debo deciros que aun resuenan por los rincones las carcajadas de Román. Yo creo que no se hubiera reído más si me ve llegar con el pelo verde.

Rápidamente me metí en el baño, derramé unas lagrimitas de cocodrilo mezcladas con risas, me quite las ondas setenteras y volví en mí.

Definitivamente la próxima vez no seré infiel, volveré a la de cerca de la oficina: “pelo correcto para rellenita simpática de mediana edad”.

Tranquilos volverá a crecer.

5 comentarios:

  1. En tu linea.
    ¡¡¡ Cómo escribes ¡¡¡

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  2. Eres Genial!!!. Por cierto, tenemos la visita pendiente a la peluqueria y al spa!!!.Besos.

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  3. pues yo que quieres que te diga....
    que necesito una fotooooo!!
    Si no quieres que nos riamos.. nos puedes poner una con el pelo verde!!

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  4. jajajajajaj
    bravooooo!!!!! Yo nunca me he atrevido a decirle a un peluquero/a; pero que te he hecho yo??? cobardemente he optado por cortarmelo yo misma.
    Grande este relato, creo q me estoy riendo tanto como roman!
    besets

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  5. Tranquila, que todas hemos pasado por ahi! Eso sí, podrias colgarnos una foto, para tener el cuadro completo ...
    Besos

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