viernes, 16 de noviembre de 2012

LISTAS

Mi primer jefe como buen notario, era un tipo concienzudo de memoria privilegiada. Yo trabajaba de chica para todo en su galería de arte y como vivía fuera, despachábamos un par de veces por semana. Recuerdo que siempre llegaba con un papel doblado religiosamente, donde había ido anotando todas las labores que yo debía desarrollar hasta la siguiente reunión. Desde reponer el papel higiénico, hasta concertar citas con coleccionistas y prensa. Un golpe de vista le bastaba para dilucidar que, cuando y donde, hacer o comprar cualquier cosa. Tenía una gran cabeza, eso no se podía discutir, además rompía el tópico de que los tíos solo pueden hacer una cosa detrás de otra. El hacía tres a la vez y las tres bien, Don Joaquín podía con todo. De él me quedó la costumbre de las listas. Para el supermercado, para la casa, para el trabajo…
Durante años anoté y organicé. Pero sin ser un sargento prusiano, porque yo aunque acostumbrada a dividir mi cerebro, no le llego a D. Joaquín ni a la punta de la calva.
Apuntaba citas, ideas, películas pendientes, cumpleaños, libros, lo que se dice cualquier cosa. Con el tiempo y un hijo, aquellas listas perdieron su cotidianeidad, de hecho hoy por hoy solo sobrevive la del supermercado y básicamente por no llegar a la hambruna.
El problema es que con casi 50 años, mi buena memoria ya no es tal y hay días en que la cabeza se me convierte en un batiburrillo. Mezclo citas de pediatra con títulos de libro y me planto en Mercadona dispuesta a encontrar cartulinas para trabajos manuales.
Vivo en el desastre. Así que me he dicho a mi misma que he de escribir una historia sobre todo lo pendiente que tengo por contar. Como antídoto contra el olvido más que nada.
Ahí van algunas primicias de lo que está por venir:

Felpudos
O de cómo nuestra casa es nuestro mundo, su tremenda importancia, su inviolabilidad, los recuerdos que atesoramos en sus paredes. El rincón de pensar de mi hijo, la vista desde la ventana de la cocina, los cuadros, hasta si me apuras las piezas de lego sembrando la alfombra.


Fantasías:

Porque una de mis chaladuras más recurrente es que soy ayudante de un mago, al que acompaño por teatros de todo el mundo, sacando palomas de chisteras y siendo partida con un serrucho en plan chorizo pamplonés. Todo ello vestida de lentejuelas doradas igualita a una burbuja navideña y con una capa de plumas de marabú, lo que se dice un look sencillito…

O de cómo mi estupendo marido se ha enganchado a las ofertas del Lidl y está destrozando la paz de nuestro hogar. Bien mirado, sería bastante peor que se hubiese dado a la droga o se pasase las tardes copa va copa viene. Incluso que jugara al póker apostando o le diera por ligar online. Pero es que ha acabado con mi paciencia. Todas las semanas compra algo inservible. Cortadores de patatas que ocupan media cocina, almohadas anatómicas que me producen esguinces cervicales, pijamas de tallas equivocadas porque de la mía no habían, tumbonas de playa con ruedas y toldo incorporado que pesan 15 kilos o tiendas de campaña que salen volando cuando menos te lo esperas.

Como pasarlas canutas a la hora de escoger un regalo sofisticado con poco dinero.
¿Porque los ricos, tienen tantos sofás? Sofá de terraza, de zaguán, de salita, de salón, de dormitorio. ¿Van a echarse la siesta en el recibidor? Tengo que consultar a Iker Jimenez porque esto es muy paranormal. ¿Y que me decís de la utilidad de 7 decantadores de vino? Estoy por mandarles a mi marido y sus ideas de lidlman. Como optimizador espacial de esta gente, no tendría precio.

Cómo una amiga se metió a casamentera habiéndose bebido antes cuatro cervezas y los catastróficos resultados obtenidos…




Bueno ya está, con esta lista creo que voy tirando de momento.

Incluso podéis votar, ¿por cuál empiezo?.

9 comentarios:

  1. Fantasías Amparo. Me muero de ganas de saber que fue de la chica de las lentejuelas.
    Besos
    Virginia

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  2. Apuntado queda Virginia!! Que bien lo pasamos! Aunque yo estoy mayor para estos excesos!
    Gracias!

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  3. Pues mira, a mí me tira más lo de LIDLman, porque a veces también me ciegan con esas cosas tan chulas y tan "baratas" que sacan... (algunas están verdaderamente bien, no lo neguéis...jejeje). Creo que las últimas veces que he ido a LIDL con la escusa de comprar cualquier cosa que necesitábamos sólo he recorrido el pasillo de las ofertas de la semana. ¡Y la de veces que he salido con cosas inservibles que molan un montón! Me identifico taaaaanto con tu maridín... ¡Gracias por compartirlo con nosotros, Amparo!

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  4. Amparo, espero cualquiera de ellas. Me encanta todo lo que escribes. Gracias

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  5. Daniel me alegro que Susana también tenga su lidian particular!!! Abrazos

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  6. Y para ti anónimo, gracias por el comentario! Y vuelve pronto.

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  7. Yo prefiero que empieces por la cita a ciegas, no vaya a ser que acierten los mayas entrando el invierno y me quede sin saberlo. Aunque todas son muy buenas ideas. Un abrazo, Amparo.

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  8. ¡¡Yo también quiero que empieces por lidlman!!
    Algo me dice que voy a ver a mi padre reflejado en tu post, jejeje...

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  9. Gracias Miguel y Paty prometo no retrasarme con las peticiones.
    Un abrazo a los dos.

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