lunes, 27 de marzo de 2017

MORAIRA CONECTION

El veinticinco de marzo de 2017 fue un día feliz. Lo he tachado en el calendario de la oficina con una F de felicidad, igual que marco con una H las revisiones de hospital o con una C las reuniones del cole. Nunca lo había hecho, nunca había usado la F de feliz, quizá porque los calendarios de sobremesa son prosaicos y uno no se mete en honduras sentimentales bajo el logo de Bankia.

Lo de que la felicidad son momentos lo tenemos todos interiorizado, el día a día se encarga de empañar el ambiente con su goteo de rutinas. Sin embargo hay instantes en que todo se conjura, las nubes se levantan y es como cuando te acaban de graduar la vista y las cosas se vuelven extremadamente nítidas y perfiladas. El sol brilla con esa dulzura de una primavera que llega, no nos duele nada y estás rodeado de gente cálida con la que compartes inquietudes.

Ríes con la risa de los 20 años, besas, bailas, cantas, comes fideuá y disfrutas con la sensación de que nada importa más que apurar esa magia y estrujarla como si fuera un limón.

Anoche vi en la tele una comedia que se llama “Cuestión de tiempo” el protagonista tenía el poder de viajar en el tiempo y volver a recrear la realidad a su gusto. Repetir días inolvidables, rescatar gente maravillosa…

El 25 de Marzo de 2017 ya está en mi lista.


A MARISA LA INOLVIDABLE.

3 comentarios:

  1. Ohhhhh Amparo.superado el momento insuperable, tu relato es como siempre MARAVILLLOOOSO, sigue asiii porfa y quiero un cuento o historia yaaaaa

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar