martes, 14 de junio de 2016
TRECE
Flaco y largo ya me saca cuatro dedos. Sigue hermoso como el primer día aunque su piel se siembre de espinillas y los pelos comiencen a surgir por todas partes. Ahora su mundo es la play, el móvil y quedar con amigos. A días es huraño a días duerme conmigo viendo Castle, la adolescencia tiene mucho de eso me temo, silencios hoscos y sonrisas esquivas.
Lo quiero cuando duerme, cuando escucho su voz atronadora, cuando contesta medio rebelde, al no quitar la mesa, al escuchar su llave en la cerradura o si consigo besarle a escondidas en el reino perdido de su nuca, cuando trae los sobresalientes del colegio como quitándoles importancia y yo me arrodillo a sus pies y le hago la ola. Le quiero cuando encuentro calcetines petrificados en sitios recónditos con un amor medio felino siempre alerta porque pisamos tierras desconocidas y quiero como cualquiera que todito todo salga bien. Que le lluevan los amigos, la salud, que triunfe en aquello que emprenda, que encuentre su camino, un buen camino y que no le duela demasiado esa herida primitiva que no puedo evitar.
Con el tiempo cogerá el compás, aprenderá a bailar la vida con buen paso, ritmo no le falta.
Le quiero en cada uno de los instantes de mi vida porque en definitiva, es mi única certeza.
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Que la vida te conserve esa certeza para siempre, te lo mereces, os lo merecéis los dos.
ResponderEliminarAprovecha cada momento, la vida da tantas vueltas...