lunes, 24 de junio de 2013

SORPRESA SORPRESA

Todos en la vida deberíamos tener derecho al menos, a una fiesta sorpresa. Tendría que venir recogido en la constitución, inmediatamente detrás de lo del derecho al trabajo o a la vivienda digna y mucho antes, del tan cuestionado, “todos somos iguales ante la ley”.
Es completamente necesario que se nos engañe como a chinos, que los amigos monten coartadas imposibles y finalmente nos inunden con regalos. Pero sobre todo, para ser inmortalizado con esa cara de ¡¡qué coño pasa y que hace aquí toda esta gente!!
Yo organicé una fiesta el sábado. Deprisa y corriendo, cuando nadie la esperaba, y oye, quedó perfecta.
Porque hay veces que la vida se alía con uno. Y aunque vas enloquecida de acá para allá, todo lo que guisas sale bueno, y eso que solo le has dedicado al horno, un par de tristes miradas. Y aciertas en la cantidad y en la decoración. Y hasta la luna llena y los castillos artificiales de San Juan, parecen estar a tu servicio. Y la casa se llena de amigos que compran el hielo o traen sillas. Y empiezas con el vinito o la cerveza y terminas haciendo el solomillo al hojaldre o las brochetas de fruta, con la risa ya peligrosamente floja.
Fue especial utilizar la azotea del edificio. Llenarla de velas, farolillos y banderines de colores. Subir la comida y cruzar los dedos, para que no se diera cuenta de nada, para que milagrosamente cayera en la trampa.
Ver la alegría desbocada en los ojos de mi hijo, “mamá va a ser una gran fiesta” crear en ese instante, un recuerdo.
Dicho y hecho.
Me quedan dos telediarios en el despacho, los tiempos van a ser muy inciertos y antes de sumergirnos en la pobreza familiar, había que celebrar su cumpleaños a lo grande. Agradecerle mínimamente los servicios prestados. La compañía y la comprensión, los cuidados, esa paciencia estoica, su fantástica risa, que últimamente anda un tanto oxidada – seguro que son los tiempos-, su presencia catalizadora en mi vida.

Para que nunca nunca se olvide, aunque gruñamos de que es querido y estupendo, con o sin trabajo que más da. Como dicen en las bodas, en la riqueza o en la pobreza, en la salud o en la enfermedad, todos los días de tu vida.

Aúpa siempre.

4 comentarios:

  1. Yo también creo que todo el mundo debería poder disfrutar de una fiesta sorpresa. Es algo muy especial y él nunca la olvidará, así que felicidades por la idea. Mucha suerte con el tema laboral, pero nunca olvides que la salud es más importante. Eso no quita la importancia del trabajo. Besos y ánimos

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  2. Enhorabuena, Amparo. Seguro que fue y será un evento inolvidable. Un abrazo.

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  3. La vida...también es una sorpresa, espero que lo nuevo te lleve por el camino de una grata sorpresa, aunque difícil nada es imposible.La escritura seguro es un camino lleno de esperanza ¡¡¡me gustan tanto tus ecritos!!!!
    un abrazooooooo

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  4. Gracias a los tres por vuestros comentarios. La fiesta estupenda, de esos días que fluyen y aunque vayas de cráneo todo acaba saliendo casi redondo. Las sorpresas son una maravilla y estos tiempos complicados nos quitan hasta las ganas de cosas pequeñas... Es un gran tipo y le debo tantas cosas, aún después de tantos años, organizaría una por semana y no sería bastante. Todos merecemos la nuestra. Buenas noches chicos.

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