sábado, 4 de febrero de 2012

Porque cada día es absurdamente único

Completamente de acuerdo. Único de principio a fin, aunque a menudo nos parezcan iguales en esa sucesión precipitada de llegar a tiempo a cualquier cita, al colegio, al trabajo o al destino.
Mi absurdo día ha comenzado con un marido y un hijo compartiendo cama y termómetro, entre los dos más de 76º de buena mañana. Así que me he preparado un cafetito cargado, me he enfundado el uniforme de enfermera dulce-cocinera de caliente -limpiadora meticulosa y me he sumergido en ese no parar de diversión consistente en transportar kilos de naranjas, cambiar las sábanas contaminadas de virus, ventilar habitaciones y esa siempre incomparable experiencia, de pasar dos horas en un ambulatorio atestado de niños enfermos (el pico de la gripe ya te digo) con un único pediatra de guardia.
Después de constatar que si, que la gripe se ha instalado en mi hogar dulce hogar, me he dedicado a comprar caprichos para los enfermos, desde revistas a palomitas de maíz pasando por toda la fruta que ha entrado dentro de mi campo de acción visual, mi carro y el gorro de Carmen Miranda eran todo uno.
He cocinado un arroz con pollo de chuparse los dedos, pero no me los he chupado intentando que los virus no se adentraran en mis fosas nasales más allá de lo estrictamente necesario. He tranquilizado con escaso éxito a mi madre octogenaria, que equipara la trascendencia de un catarro con el estallido de la tercera guerra mundial. He puesto la segunda tanda de paracetamoles y termómetros y me echado una cabezadita que me ha sentado divinamente. Posteriormente he preparado un caldo de pollo que resucita a un muerto, chocolate a la taza calentito y me he permitido el lujo de encender la calefacción, oye un día es un día y fuera hacían tres graditos de nada.
He montado y desmontado el scalesxtric, pintado corazones, visto Piratas del Caribe por decimonovena vez y descubierto que mi hijo de ocho años que empieza a esquivar mis besos a la puerta del cole, ha sentido despertar hoy una pasión irrefrenable por mí y me sigue por toda la casa, “mami un beso y otro y otro(de tornillo todos), mami la gripe se cura?, mami hay que ir al hospital si me sube más la fiebre? (para él ir al hospital es un cruce entre Port Aventura y la feria de navidad), mami tu me quieres?, mucho? cuanto exactamente?
Entremedias he descubierto que Rubalcaba ha ganado a Chacón por 22 votitos de nada, que pericia tiene ese hombre para aferrarse al poder Dios mío de mi vida.
En fin aquí me tenéis, voy a hacer la cena con el último turno de termómetros y me meto en la cama con ellos, al fin y al cabo ya me está picando la garganta.
Y si no puedes vencerlos, únete… a los virus obviamente.

Lo que os decía, un día entretenido y absurdamente único.

8 comentarios:

  1. Chica, con tanto caldito de pollo, palomitas de maíz y chuches diversas, y todo rematado con un chocolate a la taza con la calefacción encendida y con la peli de piratas del caribe... ¡¡¡me están dando ganas de coger la gripe en tu casa!!! Eso sí, en camas separadas, por dios...

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  2. Vente para aquí que tengo un sofá cama. Jajajaj Besos

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  3. ¡¡toda una historia griposa!!! cómo me gustan tus cuidados, son los de esas madres que solo con verlas lo curan todo.

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  4. A mí, más que un día, me ha parecido una semana. ¡Cómo te cunde, Amparo! Un abrazo.

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  5. Gracias Mo y Miguel, aquí sigo con el ibuprofeno en pie de guerra, besos

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  6. Pues casi igual que mi finde, pero yo solo con marido griposo que viene a ser lo mismo que niño pequeño griposo...
    Ya me huberia gustado a mi que hubiera otro todavía mas pequeño pegandome sus virus y lo que quiera.
    Un abrazo Amparo

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  7. Pero bueno, si cuando tienes la gripe no tienes ganas de nada, solo de dormir...¿palomitas?, un zumo de naranja, mucha agua y a sudar como un finlandés en una sauna. Bueno, quizás es la forma de pasar la gripe en Valencia, si es que hasta para eso somos más sosos. En fin, menos mal que la Chacón no ganó (me recuerda a una jefa mía que no puedo ni ver). Un abrazo y a recuperarse toda la familia

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  8. Addis espero que pronto tengas esos virus pequeñitos por todas partes.
    Wambas corazón, los niños de ocho años no se meten en la cama con tranquilidad y líquidos, igual están al borde de la muerte, que saltando en cuanto les enchufas el dalsi.
    Comparto lo de la Chacón y eso que no conozco a tu jefa!
    Abrazos y besos a los dos

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