viernes, 25 de junio de 2010

777

Desde que en Febrero quedó debidamente inaugurado este blog he seguido con curiosidad las lucecitas del mapa. Me sorprendía que en lugares tan remotos como Finlandia o Taiwan, alguien se tomara la molestia de leer mis cuentecillos y encima repetir. No dejaba de asombrarme que tuvierais cosas en común conmigo y os apeteciera dedicarle un rato a mis ocurrencias.
Cuanto más lejano era el lugar más despertaba mi imaginación y a menudo me descubría fantaseando sobre como seríais y  quien habría detrás de cada una de esas luces. Vuestros nombres, caras, casas… Imaginaba que me leíais en un café agradable saboreando un té de fin de semana o junto a la chimenea frente a un jardín nevado. Tal vez sois estudiantes de español y os sirve de práctica o españoles de mediana edad dispersos por el mundo.
Lo cierto es que vivo en una total ignorancia, porque casi ninguno dejáis comentarios, no sé si os gusta más la Amparo divertida, la sensible, la destroyer, la observadora .Y me muero por saber de vosotros, porque soy tan pero tan curiosa. Si no me contestáis acabaré creyendo que esto del mapa es un espejismo de internet creado por el bueno de mi amigo Manolo para animarme en mis aspiraciones literarias y que estoy más sola que la una.
Sigo varios blogs con devoción y me resulta alentador que las emociones, anhelos y esperanzas sean tan pero tan parecidos en todas partes.

Bueno que me enrollo, muchas gracias a los 777 que os lo habéis currado y por favor dadme pistas. Seguro que de ellas sacaré un buen cuento.

Besos, gracias por la visita y volved pronto.

miércoles, 9 de junio de 2010

CERTEZAS ABSOLUTAS

El estudio de tatuaje tenía una sala de espera amplia y soleada. Una máquina de petacos intentaba despertar el interés de los clientes, mientras un sofá de cuero ajado y confortable, se situaba justo enfrente. Luís no lo dudó un segundo, apresuradamente se dejó caer sobre él, como si temiera que por sorpresa, le arrebataran el sitio.
Estaba contento, atisbando esa felicidad completa de sábado por la mañana, frente a un café con tostada. Impaciente y una pizca agitado cruzó las piernas dispuesto a esperar turno. Era el segundo tras una adolescente feucha que revisaba indecisa los libros de modelos, buscando con urgencia un rumbo hacia el que dirigirse.
Bajo el pantalón, en su cadera derecha, Rosa, acababa de estampar una firma segura y nítida. Eran 4 letras rotundas, esculpidas con el boli bic de anotar la compra que siempre ronda por la cocina.
Le había costado convencerla. “Mira que un tatuaje es algo definitivo y si nos separamos algún día, ¿que vas a hacer con mi nombre pegado a tu culo?”. El bromeaba diciendo que siempre podía buscar en las paginas amarillas alguna Rosalía a la que conquistar con premura. Pero ella no acababa de ceder, le parecía un compromiso gratuito, algo demasiado duradero que no iba con su pasado lleno de improvisación y giros malabares. Sin embargo él tenía la absoluta certeza de que aquellas 4 letras debían estar  allí hasta el día de su muerte, acompañándole, acunándole, librandole del caos, vibrando, mejor que cualquier anillo. Solidas como rocas. DEFINITIVAS.

Rosa halagada terminó por ceder, al fin y al cabo es una piel compartida. Firmó despacio dejándose llevar.

ANESTESIA2

“Hay dos tipos de personas, las que quieren votar unas siglas hagan lo que hagan y sólo buscan pretextos y argumentos para ello, y los que analizan la situación y al gobierno, que es quien tiene el poder, y votan en consecuencia. Estos segundos, que somos cada vez más millones en España, a Zapatero no le vamos a votar”

Acabo de leer este comentario en la web del País y no puedo menos que sentirme totalmente identificada con esas palabras. Yo he pertenecido a ese primer grupo, he seguido diligentemente unas siglas durante gran parte de mi vida, con seriedad, convencimiento y abnegación, me he manifestado, he golpeado cacerolas y hasta escupido a algún político falaz amparándome en la oscuridad de la noche, (disculpadme son pecadillos de juventud).
A estas alturas de mi vida he de confesaros, que las siglas ya me importan un carajo. Todos son falaces, mienten, encubren, simplemente los mismos perros con distintos collares. Ya ni las formas les diferencian. Es un escándalo asqueroso lo de Camps y ahí tienes a Rajoy refrendándolo, cueste lo que cueste, que son tres trajes y unas pulseras para su señora??? Nada de nada. Pero os confieso igualmente que detesto a Pajin y su cara de servidumbre absoluta al confesar la unidad cósmica existente entre Zapatero y Obama, o a la Ministra Aido que cambia la trama de Blancanieves y los siete enanitos para que tenga menor carga sexista. Cágate lorito.
Evidentemente no soy economista, ni empresaria, pero leo varios diarios todos los días y no hay que ser Einstein para descubrir que las cosas no funcionan. Quien nos gobierna debe pasar las noches bailando temas de Riky Martin, porque se le da muy bien lo de “un pasito palante Maria y un pasito patrás”, no tiene rumbo ni firmeza, para salir de algo tan gordo como lo que tenemos encima. Recuerdo el lema de Churchill en la segunda guerra mundial “Sangre, sudor y lágrimas”, quizás necesitamos a alguien distinto. Este hombre idealista, buenista, excesivamente dialogante no es adecuado para un timón en semejante marejada, “como todo va bien, no hago nada”, hasta que le obligan. Tampoco lo es Rajoy,  igual de voluble, codicioso, que consigue liderar a duras penas una olla de grillos, donde la decencia y la vergüenza brillan por su ausencia.
Y todo lo que queríais de la crisis global, mundial o planetaria. Pero yo antes nunca me he sentido gobernada por un petimetre y ahora si. Cuando llamó Bush padre a Gonzalez y le dijo lo que tenía que hacer??? Yo desprecié profundamente a Aznar pero esta sensación de deriva creo que no la he sentido con nadie. Hemos vivido como ricos sin serlo, Zapatero como la cigarra del cuento lleva negando la depresión económica en la que estamos metidos desde mediados del 2008, dos años diciendo que desaceleración, crecimiento negativo y sandeces, hablando de brotes verdes que yo – llamadme desconfiada – no percibo.
¿La cerrazón de un líder, su incapacidad para escuchar lo que no quiere oír, puede conducir a su partido a un harakiri general? Lo estoy viendo venir…
El paro creciendo y aunque presionado por Estados Unidos ha tomado medidas completamente antisociales sigue sin generar confianza, ni a los mercados, ni a los especuladores (responsables últimos de esta debacle), ni a los ciudadanos.

¿Que alternativa hay?, o mejor dicho ¿hay algún tipo de alternativa?
¿A que esperamos para decir que esta gente ya no nos representa, que las siglas donde muchos nos cobijamos chirrían?
¿Soy quizá la única?
A

Trabajadora a media jornada, solidaria y progresista, no volverá a votar a Zapatero, ya no necesita siglas.

viernes, 4 de junio de 2010

STREAPTEASE

Voy por ahí perdiendo las bragas, (literalmente).

No me he vuelto loca y tampoco me he dado a la mala vida, nada más lejos de la realidad, simplemente he empezado una dieta. Me sobraban 11 kilos desde hacía mucho, pero hasta Abril nunca había conseguido reunir el arrojo y la disciplina suficientes para comenzar a adelgazar.
Lo mío con el peso resulta paradójico, en realidad yo no me veía gorda, pese a gastar una talla 44, cada mañana en el espejo me descubría enfundada en una 40, positiva que es una. Igual que las anoréxicas se ven gordas yo que estaba gorda me veía flaca. Pero una buena mañana me cansé de jugar a madrastra de blancanieves con mi espejo y decidí que hasta aquí habíamos llegado, simplemente quería mejorar o cuidarme o verme más guapa o lo que demonios sea.
Localicé una clínica, pedí cita y me lancé a buscar a esa nueva Amparo que está por ahí en el fondo de alguna parte.
Lo de la clínica, no os voy a engañar me daba un poco de miedito, imaginaba una doctora esbelta de piel tersa y pelo con mechas recientes, enmarcada por el sonido de ese hilo musical tan inquietante, idéntico en todas las clínicas (especialmente en las dentales) y que inexorablemente, precede a la catástrofe. Por no hablar de esas enfermeras atentas y sonrientes de suave perfume y complementos de Tous que te conducen obsequiosas al matadero con un “no va a doler nada” o “es solo un momentito”.
Me equivoqué absolutamente, todo resultó de lo más natural, la doctora no tenía ese punto de dietista de famosos que tanto me asustaba, incluso para ser sincera, también a ella le sobraban unos kilos, gastaba gafas de pasta y su pelo rubio y alborotado no había pisado una peluquería en varios meses.
Salí de allí preparada a pasar hambre, con mis menús en una mano y un último croissant de chocolate escondido en la otra. Desde entonces vivo rodeada de lentejas, brócoli, acelgas y todas las cosas verdes que seáis capaces de imaginar. Olvidas necesariamente el pan y las pastelerías y aunque tu humor se resiente y el rictus se te avinagra notablemente, no me he rendido.
Obediente casi siempre, observada de cerca por Maksim que amenaza con chivarse a la médica si mordisqueo los restos de su pizza. Cuando voy a pesarme no puedo dejar de sentirme como una colegiala pillada en falta. Me quito zapatos, chaquetas y hasta los pendientes, buscando pesar menos, 50 gramos son 50 gramos y contengo el aliento asustada ante el ansiado veredicto…
Ahora que mi meta está cercana, el único inconveniente confesable es que la ropa me queda grande, incluidas todas y cada una de mis bragas, así que espero las rebajas con las piernas cruzadas y mientras me apaño en el mercadillo.
La vida está llena de cambios, de antes y despueses, muchos maravillosos, enamorarse, tener hijos… otros enseñan una cara oscura y te partes el cobre con el desamor, o la enfermedad… todos te trocean como un pastel de cumpleaños. La yo casi delgada, renovada y combativa está quedando al descubierto.

Definitivamente no tendré más solución que renovar el vestuario.